lunes, 23 de diciembre de 2024 00:46
En un contexto de constantes desafíos sociales, económicos y políticos, lalabor del Trabajador Social es un pilar para la defensa de los derechos humanos y promoción de la equidad. En esta entrevista, dialogamos con Cinthia Espeche, presidenta del Colegio de Trabajadores Sociales, quien nos comparte la visión, logros y retos, además de reflexionar sobre el impacto de la profesión en la vida cotidiana.
PV: ¿Cuál es la ubicación y estructura institucional del colegio?
Cinthia: Las oficinas del Colegio se encuentran en Sarmiento 151, en la Capital. La institución está liderada por una Comisión Directiva compuesta por una Presidenta, en este caso mi persona, una Vicepresidenta, una Secretaria, vocales, Tesorera y una Comisión Revisora de Cuentas. Este equipo trabaja arduamente para cumplir con los objetivos fundamentales como impulsar la jerarquización de la profesión, brindar acompañamiento, orientación y formación en las intervenciones profesionales. Pero la institución también se encarga de defender los intereses de los colegiados y controlar la matrícula habilitada para ejercer la profesión.
PV: ¿Cuál es la función de un Trabajador Social?
Cinthia: Su rol siempre está ligado a la defensa y promoción de los derechos humanos y sociales. Entre sus funciones principales se encuentran el asesoramiento, diseño, ejecución y evaluación de políticas públicas, planes y proyectos sociales. También diagnósticos familiares, institucionales y comunitarios; y la elaboración de informes sociales, socioeconómicos y sociosanitarios. Como profesionales realizamos intervenciones en contextos domiciliarios e institucionales como así también pericias sociales en el ámbito judicial, mediación, funciones docentes, capacitación e investigación.
PV: ¿Cuáles son sus retos y adversidades?
Cinthia: Si bien desde el Colegio trabajamos en conjunto con la Federación Argentina de Asociaciones Profesionales de Servicio Social, existe un contexto donde las medidas en políticas públicas afectan derechos garantizados. Por ejemplo, el cierre de oficinas como la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), los Centros de Referencia (CDR) y otras entidades ha impactado, no solo en los profesionales de trabajo social, sino fundamentalmente en las poblaciones vulnerables que dependen de estos servicios. Estas oficinas eran esenciales para garantizar el acceso a servicios públicos y representan un espacio de intervención para las y los trabajadores sociales.
PV: Entonces, ¿hubo logros este año?
Cinthia: A pesar de las dificultades económicas, la Comisión gestionó avances para el Colegio y uno de los logros más destacados fue la obtención del terreno propio en Fray Mamerto Esquiú, algo que para nosotros representa una conquista tanto material como simbólica. También se trabajó en la modificación del estatuto para modernizar la institución y la aplicación de un Código de Ética profesional que legitima y enmarca las intervenciones sociales. Así como tenemos derechos, también asumimos responsabilidades. Este avance posiciona a nuestra profesión desde otro lugar y nos desafía a cumplir con nuestra labor como actores del cambio social.
PV: ¿Cuál es el rol del Trabajador Social en la sociedad actual?
Cinthia: Nuestro rol se desarrolla en diversos espacios de la vida cotidiana. En educación, es fundamental conocer la realidad socioeconómica y familiar de los niños y niñas para generar acciones de prevención y protección. También, garantizar que los procesos de enseñanza-aprendizaje sean situados y contextualizados. En materia sanitaria, el acompañar procesos de salud mental y trabajar con adultos mayores son desafíos actuales. Es necesario desarrollar herramientas y dispositivos para que transiten la vejez con dignidad. Creemos en el diálogo, en la apertura de ideas y en el trabajo en equipo, posicionar la profesión en la sociedad catamarqueña requiere del esfuerzo colectivo. Juntos, enfrentaremos los desafíos por delante.