lunes, 23 diciembre, 2024

El Convento de San Francisco también espera refacciones

Noticias Relacionadas

El histórico fallo que dictó la Corte Suprema de Justicia de la Nación en contra del Obispado de Catamarca, sienta un precedente que podría sonar a advertencia para la Orden Franciscana en Catamarca. Para la Corte, tener la posesión de un Monumento Histórico Nacional no exime al titular de tomar recaudos para evitar daños a las personas y adoptar medidas de seguridad. La Catedral y el Templo de San Francisco fueron declarados Monumentos Históricos Nacionales en agosto de 1941 por el mismo decreto nº98076/41. El de San Francisco, ubicado sobre calle Esquiú, muestra severas señales de deterioro y no hay un proyecto de refacciones que lleve tranquilidad, aunque aseguran que existen gestiones con el Gobierno.

Días pasados, el máximo tribunal argentino condenó al Obispado de Catamarca a responder de manera solidaria con el Estado Nacional por casi $20 millones al considerar que también fue responsable por la falta de mantenimiento en la Catedral Basílica, lo que provocó la caída de un vitral que provocó la muerte de una mujer y le causó serias lesiones a otra en diciembre de 2005.

Inicialmente, la Justicia Federal de Catamarca y luego la Cámara Federal de Tucumán habían considerado que si bien la guarda y la conservación de la Catedral estaban a cargo del Obispado y de la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos, por ser la Catedral un Monumento Histórico desde 1941; el Obispado estaba exonerado porque había realizado gestiones ante varios organismos desde 1997 para que se lo autorizara a efectuar las tareas de restauración necesarias para el mantenimiento del templo, al tiempo que consideró que el Obispado se encontraba «impedido de realizar las reparaciones por sí».

Sin embargo, para la Corte Suprema, nada relevaba al Obispado de «tomar los recaudos tendientes a evitar daños a personas que asistían al templo». «Ninguna de las normas aplicables le impedía adoptar medidas de seguridad, en especial frente al avanzado estado de deterioro del edificio que era de uso constante por parte del clero y del público. Por el contrario, tenía a su cargo facultades concurrentes de guarda y conservación sobre el edificio», remarcó el fallo, aunque también resaló que esa responsabilidad no supone liberar al Estado Nacional de las obligaciones que le competen.

El mismo criterio podría aplicarse para el Templo de San Francisco. El Ancasti advierte sobre su deterioro desde hace años, pero las muestras están a simple vista: en el interior se observan grietas y desprendimientos en el cielorraso y las paredes, mientras que en el exterior puede verse cómo crecieron árboles y vegetación entre los ladrillos de la construcción. Una vista desde las terrazas de edificios aledaños permite observar, además, la precariedad con la que se mantienen trabadas algunas de las ventanas utilizando cañas, palos y alambres.

El histórico sismo de 2004 encendió las primeras alarmas en este edificio que tiene casi 120 años. En 2010 los colectivos de transporte urbano dejaron de circular por calle Esquiú para evitar el desgaste del edificio y en 2015 se anunció un ambicioso proyecto de intervención con el que se harían mejoras que nunca se concretaron. En 2019, la Orden Franciscana solicitó un informe a arquitectos de la Nación sobre los supuestos daños que se habrían causado con las obras de semipeatonalización que la Capital hizo alrededor del convento. Nunca se conocieron los resultados, a pesar de que este diario por entonces gestionó el acceso a ellos. Como colorario, en 2022, el sacerdote franciscano fray Pablo Reartes subió en redes un video y fotografías contando que «cayeron cascotes de la fachada del templo» y advirtió que «en cualquier momento se derrumba».

Proyecto trunco

En 2015, la Provincia anunció un proyecto de recuperación del Convento y de la manzana histórica, del que participarían además la Municipalidad de la Capital y la Fundación Cultural Patrimonium, depositaria de todos los bienes inmuebles y el patrimonio de la Orden Franciscana. Se realizó un diagnóstico con el objetivo de avanzar a la restauración del templo, la recuperación del claustro, el patio de la viña, la refuncionalización de la biblioteca, la creación del Museo de Arte Religioso Franciscano de Catamarca, la refuncionalización y rediseño del Complejo Cultural Esquiú (Museo Calchaquí). Las tareas debían durar hasta cuatro años. Nunca empezaron.

Últimas Publicaciones