Entre restricciones de fondos a las provincias y recaudación en baja por la recesión, la entrega del control de YMAD a Catamarca y la transferencia de la totalidad de Minas Capillitas a la empresa minera estatal CAMYEN se destacan como dos grandes logros del Gobierno de Raúl Jalil. Son producto de la decisión de evitar confrontaciones con la Casa Rosada.
La gestión Jalil ya había conseguido en 2020, en los inicios del Gobierno de Alberto Fernández, la Presidencia de YMAD para un catamarqueño. El cargo recayó en Fernando Jalil, hermano del mandatario.
Era algo que no ocurría desde hacía 25 años, en un ciclo marcado por algunas muy malas experiencias para Catamarca, a la que le corresponden el 60% de las utilidades, y la propia empresa. Santiago Albarracín, el presidente designado por Mauricio Macri en 2016, sometió a la firma a un proceso lindante con el vaciamiento que la colocó en la cornisa de la quiebra y malogró los sólidos resultados obtenidos por la gestión de Manuel Benítez.
La conducción asignada a un catamarqueño abrió otra etapa, porque la Provincia pudo contar con tres de los cinco votos del directorio, pero su permanencia en el puesto dependía de la voluntad presidencial. De hecho, Javier Milei desplazó a Fernando Jalil y designó como presidente a Juan Pablo Limodio, exfuncionario de CABA, tras haber incluido por error a YMAD entre las empresas estatales sujetas a privatización de la Ley Bases.
De este modo, la Provincia volvió a quedar representada sólo por sus dos directores y el comando en manos de una persona sin compromisos con la provincia y dependiente de la Casa Rosada.
En tal contexto y considerando la intención privatizadora que en un principio reveló la administración libertaria, que corresponde valorar el alcance del acuerdo firmado ayer entre el gobernador Jalil y el Gobierno nacional. Es un cambio estructural determinante. El Estado nacional sale de YMAD y el presidente de la empresa será designado por el Gobierno de la Provincia.
Catamarca consolidará así la mayoría de tres sobre cinco que tuvo coyunturalmente para orientar el gerenciamiento de la empresa, con sus dos directores y el presidente en el directorio que completan los dos representantes de la Universidad Nacional de Tucumán. Adquiere el control perpetuo de la compañía, una herramienta de política minera de enorme trascendencia.
A este acontecimiento se suma el Establecimiento de Minas Capillitas con la totalidad de su personal, funciones, competencias, servicios y bienes materiales e inmateriales, conjuntamente con los contratos en ejecución, del cual actualmente tiene solo posesión parcial a través de CAMYEN SE para la extracción de rodocrosita. Esta transferencia incluiría el derecho de propiedad del o los inmuebles identificados que constituyen la propiedad superficiaria sobre los cuales se asientan las propiedades mineras. Es una capitalización que potencia a CAMYEN, que ya tiene los pedimentos mineros que quedaron vacantes tras la depuración del padrón.
La minera estatal catamarqueña accederá así al control, por ejemplo, de las escombreras, que le corresponde hasta ahora a Fabricaciones Militares. De allí se extrae rodocrosita que sustenta un circuito importante de comercio ilegal de la piedra. CAMYEN estará en condiciones de establecer un sistema que contemple la actividad de los llamados “piedreros” andalgalenses en beneficio de la Provincia.
Ambas transferencias se pactaron en el marco del Régimen de Extinción de Obligaciones Recíprocas entre la Nación y la Provincia. No es poco lo que se puede conseguir si se superan los estados alterados por la beligerancia retórica.