lunes, 23 diciembre, 2024

Encadenamiento peligroso

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En medio de cierta estabilidad cambiaría y macroeconómica, que, como es previsible en la Argentina, puede alterarse de un momento a otro, uno de los temas que preocupa a economistas, tanto de las corrientes ortodoxas como heterodoxas, es el crecimiento exponencial del endeudamiento de las familias argentinas.

El fenómeno no es nuevo, pero en el último año ha mostrado facetas inéditas, al menos en la historia económica reciente. Por ejemplo, la toma de deuda para el pago de los servicios públicos, que cada vez se comen una porción más importante de los ingresos, o para pagar alquileres.

El deterioro del poder adquisitivo lleva ya varios años, pero desde diciembre del año pasado se ha agudizado notablemente. Un estudio recientemente presentado por el Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía, integrado por los economistas e investigadores de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) Diego Kofman, Lavih Abraham, Marco Kofman, Natalia Pérez Barreda y Sergio Arelovich, señala que en los diez primeros meses del año, cada trabajador del sector privado perdió 1.011.445 pesos debido al retraso de los salarios frente a la inflación durante el gobierno de Javier Milei. En el caso de los empleados de la administración pública nacional, la pérdida fue de 2.991.339 pesos.

La caída de los ingresos ha llevado a los asalariados a pensar en distintas estrategias para cubrir los gastos del mes: adelantos de sueldos que se comen los salarios futuros; solicitud de créditos o préstamos a billeteras virtuales, financieras o informales a amigos y familiares.

El carácter estructural del problema se entiende en cuanto se analiza el encadenamiento de las deudas en la mayoría de las familias. Es decir, se contrae una para pagar una más vieja.

Cuando el mercado formal de crédito se cierra por la acumulación de deudas, se pasa a instancias cada vez más informales, en donde no faltan incluso las organizaciones criminales. Marcela Perelman es directora de Investigación del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y especialista en analizar el fenómeno del endeudamiento. Al respecto, reflexiona: “También en los barrios más pobres hay grupos narco que dan préstamos con muy baja tasa o sin tasa. Existen vínculos entre deuda y dinámicas de violencia. Siempre existió ese vínculo pero ahora tiene manifestaciones específicas, lo mismo que entre deuda y juego”.

Un estudio realizado por el CELS conjuntamente con la Universidad Nacional de San Martín establece el índice de vulnerabilidad inquilina. Los inquilinos integran uno de los sectores con mayores niveles de endeudamiento. Según el informe, el 20 % de los hogares inquilinos declararon estar atrasados con el pago del alquiler; el 60 % de los hogares inquilinos declaró estar endeudado con bancos, financieras o personas conocidas y, dentro de este porcentaje, el 70% destinó ese préstamo a pagar el alquiler; el 60 % de los hogares inquilinos está atrasado con el pago de impuestos, servicios, cuotas del colegio, prepagas y repago de créditos y diferentes financiamientos.

El riesgo es que, en algún momento, se corte la cadena de pagos, lo cual provocaría una crisis generalizada de consecuencias imprevisibles que las autoridades no pueden ni desconocer ni subestimar.

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