El 22 de diciembre se celebra el sorteo de la Lotería de Navidad, que repartirá un total de 2.702 millones de euros, una cifra récord que aumenta la posibilidad de ser premiado. Como en años anteriores, el Gordo repartirá 400.000 euros al décimo, que tras pagar impuestos se quedarán en 328.000 euros. El segundo premio es de 125.000 euros, que bajarán a 108.000 euros después de pasar por Hacienda, mientras que el tercer premio alcanza los 50.000 euros, que supondrán 48.000 euros limpios.
Un dinero que en los tres casos conviene invertir bien para sacarle la máxima rentabilidad posible. Pero antes de hacerlo, los premiados deben analizar bien cuáles son sus objetivos vitales y qué quieren conseguir con ese dinero extra. En ningún caso “hay que dejarse llevar por la euforia del momento, sino analizar con detenimiento qué supone ganar un premio de esta naturaleza, tanto a nivel fiscal como a nivel legal, para evitar tomar decisiones precipitadas”, advierte Jaime García, responsable de Banco Mediolanum en la zona Sur.
Actuar con precipitación supone un gran riesgo. Según un estudio de la asociación European Financial Planning Association (EFPA), el 70% de los premiados con la Lotería de Navidad tiene mucho menos dinero cinco años después de haber ganado el premio. Para evitar que dure poco si no se administra bien, los expertos de Abante aconsejan tomarse un tiempo de seis meses antes de comenzar a gastar o a invertir.
Vivienda, una inversión rentable: más del 7%
Entre las opciones de inversión que tienen los ganadores, cada vez cobra más fuerza la compra de una vivienda. Es la preferida por el 30,3% de los participantes de una encuesta elaborada por iAhorro. Un porcentaje que se dispara hasta 10,5 puntos porcentuales desde el 19,8% del año pasado.
La vivienda es una necesidad básica, además de una inversión, señala el director de Hipotecas de iAhorro, Simone Colombelli. Por ello, “si tenemos en cuenta que la subida de precios dificulta su acceso, un premio importante en la Lotería sería una buena ‘palanca’ para ayudar a ese acceso”. Incide en que este año “el atractivo que ha ganado la vivienda está muy relacionado con la bajada de los tipos de interés de las hipotecas, lo que hace que, si tienes para dar la entrada, la financiación del importe del préstamo sea más asequible que el año pasado”.
El principal atractivo de invertir el premio en ladrillo es la rentabilidad que ofrece en el actual escenario inmobiliario marcado por la escasa oferta y la demanda disparada, en el que los pisos en venta pueden durar menos de una semana en el mercado hasta que son vendidos (y en alquiler, apenas un día).
En estas circunstancias, comprar un piso para alquilar da una rentabilidad media que supera el 7%, según datos de idealista. También los retornos son considerables si se adquiere para después revender.
Depósitos, pierden músculo con intereses de hasta el 3,3%
Otros de los productos más elegidos para sacar jugo a los premios de la lotería son los depósitos y las cuentas remuneradas. No obstante, este año el porcentaje de quienes apuestan por ellos baja 6,5 puntos respecto al año pasado: del 47,7% de 2023 al 41,2% que afirma que los utilizarían en 2024.
En estos casos, “si hablamos de corto plazo y por la evolución de los tipos de interés, los depósitos continúan generando rentabilidades”, indica Jaime García. Eso sí, han perdido atractivo desde que el Banco Central Europeo (BCE) decidió el pasado mes de junio bajar los tipos de interés hasta dejarlos ahora en el 3,25%.
La rentabilidad de los plazos fijos ha pasado en pocos meses de rozar el 4% a dar un máximo del 3,3% a un año. Sólo en noviembre, cerca de 20 bancos bajaron la rentabilidad de sus depósitos.
Fondos de inversión, hasta el 33% en un año
Un activo muy recomendado por los analistas para dirigir el dinero de los premios son los fondos de inversión de renta variable, ya que si se usan de “forma diversificada y anclados a la evolución de la economía mundial, son el instrumento más adecuado para lograr objetivos de largo recorrido. En este sentido, las cantidades deben ajustarse a las necesidades reales y el perfil de riesgo del premiado”, indica Jaime García.
La rentabilidad media que están dando los fondos de inversión en los últimos 12 meses es del 10,26%, según datos de la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco). Unos retornos que se quedan cortos si se comparan con los que ofrecen los fondos de inversión de la categoría de renta variable internacional EEUU, que alcanzan el 33,16%; los fondos incide, con un 30%, o los de renta variable nacional euro, con el 24,83%.
Los fondos de inversión y las acciones son la tercera opción preferida por los encuestados para invertir en caso de que les caiga el Gordo. La han elegido el 20,5%, un dato muy similar al registrado en 2023, que fue del 20,8%. En el lado opuesto se sitúan los planes de pensiones que solo son elegidos por el 4,1% de los encuestados este año, frente al 3,9% del pasado.
Ante todo, diversificar
Otro factor a tener en cuenta para no errar al invertir El Gordo es “diversificar la inversión”, señala Colombelli. También aconseja “tener un dinero para imprevistos a corto plazo, que podríamos rentabilizar en depósitos o cuentas remuneradas, para ganar algo, pero siendo líquido en caso de necesidad”.
En la misma línea, los analistas de Abante consideran que para maximizar el dinero del premio hay que apostar por carteras diversificadas, tanto por distribución geográfica, como por sectores y tipo de activos. Además, “si se cuenta con un gran horizonte temporal de inversión, se puede asumir más riesgo, lo que hará que el capital final sea mucho mayor”.
Guardar el dinero ‘bajo el colchón’, una mala estrategia
Lo que nunca hay que hacer, a juicio de los expertos, es meter el dinero del premio debajo del colchón: “Hay que moverlo”, apuntan los de Abante. Según explican, la experiencia refleja que los españoles, por lo general, “somos muy conservadores con nuestro dinero. Y aunque esta tendencia está cambiando, lo cierto es que la mayoría suele optar por dejar su dinero inmóvil”.
Y advierten de que, si no se invierte ese dinero, dentro de unos años se perdería poder adquisitivo, a medida que los precios se incrementen, al no cubrir la inflación. Es decir, “si se tienen 328.000 y no se invierten, pasados 20 años y contando con una inflación media anual del 2%, objetivo que persigue el Banco Central Europeo, ese dinero equivaldría a unos 220.700 euros actuales.