El universo de Star Wars no siempre tiene que ser divertido, como lo demuestra «Andor», considerado por muchos como el mejor spin-off televisivo de la franquicia, pero que carece de ligereza. Sin embargo, las producciones menos exitosas suelen ser las más sombrías, ya que el núcleo de Star Wars reside en ser una aventura intergaláctica sencilla, pensada para chicos, padres y adolescentes, pero con un niño interior. La diversión debería ser la norma, y «Skeleton Crew», la nueva serie, parece haber capturado esa esencia que la saga debió explorar hace años. Como señalaron muchos fans tras el estreno del tráiler, esta serie juvenil es básicamente «The Goonies» en el espacio: pura diversión.
Un inicio inusual
Desde su inicio, «Skeleton Crew» destaca por ser una rareza dentro de la saga: presenta un entorno urbano. En lugar de los típicos desiertos, mercados exóticos, puertos llenos de actividad o estaciones espaciales brillantes, la historia se desarrolla en un planeta llamado Wim, que recuerda a una Tierra cómoda y moderna. Trenes, rascacielos y puentes sobre ríos dominan el paisaje. Allí vive Wim (Ravi Cabot-Conyers), un chico preadolescente cuya vida cotidiana combina elementos familiares y fantásticos: desayuna cereal con leche azul, sus profesores son droides, y sueña con convertirse en Jedi.
La vida de Wim es una mezcla de realismo y fantasía: su hogar tiene un diseño inspirado en la era atómica, su mejor amigo Neel (Robert Timothy Smith) es un chico tímido con forma de elefante azul, y la chica «cool» Fern (Ryan Kiera Armstrong) conduce una moto flotante a velocidades vertiginosas, acompañada por KB (Kyriana Kratter), una experta en tecnología que usa un visor futurista. Este grupo de amigos, unidos por sus diferencias, descubre algo misterioso en el bosque, lo que los lleva accidentalmente a embarcarse en una aventura a millones de kilómetros de casa.
Una travesía
La serie se sitúa en la misma línea temporal que «The Mandalorian», en una galaxia caótica tras la caída del Imperio. En este contexto, el grupo de niños encuentra a Crimson Jack (Jude Law), un ladrón fracasado que se convierte en su guía, mitad mentor y mitad hermano mayor. A lo largo de su viaje, los chicos enfrentan desafíos en mundos fantásticos, desde restaurantes de fideos donde el ingrediente especial es el interior de un crustáceo gigante, hasta un astrónomo con forma de búho y un droide similar a C-3PO que trabaja como tatuador nervioso.
La serie equilibra bien el tono entre el peligro y la aventura. Los niños deben aprender a defenderse en un universo complejo y adulto, pero el nivel de amenaza nunca supera el límite de lo que puede considerarse emocionante para su público objetivo. Cuando se enfrentan a combates aéreos disparando cañones láser, parece que están inmersos en una videojuego.
Un elenco joven
Los actores jóvenes tienen una gran química, lo que sostiene gran parte del encanto de la serie. Por su parte, Jude Law sabe interpretar con precisión su papel: su personaje tiene un aire amenazante pero es demasiado carismático para ser un verdadero villano, y a la vez demasiado poco fiable para ser un aliado seguro. Las chicas del grupo lo ven con recelo desde el principio, mientras que los chicos, más ingenuos, están dispuestos a darle una oportunidad.
Claro que no todo es perfecto en «Skeleton Crew». Aunque es divertida, rara vez alcanza un nivel realmente cómico; incluso Nick Frost, quien da voz a un droide que se perfila como el alivio cómico, tiene pocas líneas que generen risas. Además, el formato de la serie no resulta lo suficientemente episódico, dando la sensación de ser una película larga dividida en fragmentos de 40 minutos.
La mejor forma de disfrutar Skeleton Crew es sin expectativas exageradas, viéndola en familia durante las vacaciones y fiestas de fin de año, acompañados de una caja de chocolates. Este Star Wars menos serio es un escape perfecto a un lugar feliz, recordando la esencia de las aventuras espaciales que hicieron famosa a la franquicia.
por R.N.