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Emiliano, Mariano, Victoria y Federico coinciden en que en Catamarca hoy “hay mucho de Cactus”. En 2014 hicieron la imagen de la ExpoProductiva, en 2017 tuvieron todo ese proyecto en sus manos, pero además de Fiestas del Poncho y Ferias del Libro, también hicieron marcas turismo para municipios como Saujil, El Rodeo, Fiambalá, entre otros. También trabajaron en el rebranding de cervecerías como Corzuela o Amaranta, o en el desarrollo de diseño industrial y diseño gráfico de la marca Ferchetto, e incluso en el sello de certificación de Origen Catamarca. “Hay un pasado muy rico de clientes, y futuro también. Muchos que se quedan con nosotros, muchos que están prontos a conocerse y muchos que nos eligen por nuestro trabajo. Tener una cartera de clientes demoró mucho tiempo, fuimos golpeando puertas, ofreciendo nuestro servicio, pero hoy nos hicimos conocidos y nos eligen”, destacó Mariano.
El distintivo de Cactus
Emiliano remarcó que el estudio siempre busca que tanto el diseño como el proyecto tengan un fundamento, un concepto que lo haga tener relación con el evento en el que se aplica. “No queremos caer en cuestiones trilladas de lo que está de moda, ni proponer algo que queda lindo en el momento, pero por ahí no tiene mucho que ver con el concepto del lugar. La inspiración siempre parte de buscar este hilo conductor, que va a llevar todo hasta el final y que va a tener el concepto”, comentó.
“Por ejemplo, para el Poncho generalmente se trabaja con algo que tenga que ver con lo artesanal, o con el hilo, o con los puntos del poncho. Todos los años va cambiando. A partir de que se define cuál va a ser el elemento del concepto, por ejemplo, el punto, se empieza a trabajar en todo lo que se interviene: cómo va a ser el stand, lo aéreo, el piso, etcétera. Lo más importante que tenemos es primero generar un concepto, y después está la parte creativa. Ver cómo se materializan los diferentes elementos materiales, la disposición, etcétera”, dijo.
Victoria destacó que como grupo le dan “muchísima importancia a la elaboración de la idea”. “Siempre es lo que más tiempo nos lleva. En este Poncho, por ejemplo, surge la idea del hilo y del telar, pero también había un disparador que era el auge de la Ruta del Telar y había una intención de promocionar eso. De ahí se dispara la idea de todos los tejidos y cómo hacer que una fiesta súper turística incentive eso. Hay mucho trabajo de escuchar al cliente, qué quiere, qué necesita, y buscar darle un sentido a eso”, remarcó.
“Habitualmente te dan un brief, una bajada o algo de lo que quieren representar. En último Poncho pusimos al hilo y todo el concepto del tejido, las tejedoras y el telar como elemento fundamental. A partir de ahí empezamos a construir. Ya hace unos años atrás, diseñamos la marca Poncho, que es simplemente una letra que parte desde esa idea conceptual. Fue armar una estructura tipo de telar y empezar a modular la letra para que se pueda formar como un telar, aunque no lo sea. Todo tiene un hilo conductor: desde el diseño gráfico hasta la arquitectura que ponés. Va todo relacionado”, aportó Mariano.
Otra característica de Cactus es el trabajo multidisciplinario. “Que cada uno aporte sus conocimientos respetando este concepto hace que el trabajo final sea mucho más rico. Vos apenas te encontrás con el trabajo vas empezando a entender de dónde viene o de dónde nace todo: desde el logo ya te das una idea de cuáles van a ser los lineamientos, cuáles van a ser las paletas cromáticas y a medida que vas conociendo el proyecto lo empezás a ver aplicado en algo que ya está materializado. Para eso consideramos que el aporte de otros profesionales siempre suma, ya sea de un diseñador industrial, un diseñador gráfico, un arquitecto, un fotógrafo, alguien que pueda redactar una memoria descriptiva. Creo que eso también es clave para la riqueza del proyecto. El resultado final es una consecuencia de todo”, señaló Emiliano.
A partir del concepto como base fundamental, surgen los demás elementos. Los materiales para utilizar, que pueden variar por muchas cuestiones, hasta la paleta de colores, la forma, las sensaciones buscan generar en las personas, el tacto. “Esta cuestión es lo fundamental y por ahí cuesta llegar al concepto, porque muchas veces demora la búsqueda. Pero una vez que das en la tecla, todo el resto empieza a salir”, reflexionó Emiliano. “Materializar la idea es bajarla a tierra, porque por ahí son ideas flotando y eso es lo que más tiempo nos lleva: poder llevarla a cosas tangibles y decidir. Ese proceso nos lleva tiempo, siempre hay crisis, retrocedemos, revisamos”, aportó Victoria.
“La elección de materiales la vemos cuando vamos tirando en la mesa las opciones en relación con el concepto. Por ejemplo, cuando pensamos en Catamarca siempre están presentes los colores tierra, los verdes, etc. Catamarca es riquísima en colores. A partir de ahí empezás a jugar con el material, a ver cómo funcionan entre sí. Después también está la opinión del cliente. El cliente es un mundo. Hay algunos que directamente dejan todo en tus manos, y tenés otros que se involucran más, te hacen cambiar un montón de cosas. Más allá de que te contratan tienen sus criterios”, contó Mariano.
En ese punto, Federico remarcó que el objetivo es “siempre innovar, en todo sentido”. “Siempre hay algo para mejorar o hay otras alternativas. Muchas veces el cliente descansa en eso. Sabe lo que quiere, pero escucha las alternativas, las innovaciones, materiales nuevos”, sostuvo.
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Trabajo de campo
Al margen del diseño, a todo el equipo le gusta estar en el terreno. “Queremos estar desde que empieza hasta que termina el trabajo, cerrar con llave y saludar a todos. Estamos en todo, tanto moviendo material, aplicando alguna resolución constructiva, como agarrando alguna herramienta. Eso también hace que uno conozca todos los procesos”, contó Emiliano.
Mariano, por su parte, destaca que esa es una posibilidad que tienen ahora, pero que antes era una obligación: “hoy estamos en ese lugar, pero siempre materializamos nosotros, fuimos obreros de nuestros diseños”, dijo. “Cuando trabajamos con ferias, son cosas que las inventamos nosotros. Es difícil trasladarle a una persona la idea para que la ejecute, por más que trabajamos con gente que lo hace perfectamente y también han ido mejorando porque aprenden mucho”, agregó.
“Además, nos gusta controlar mucho, estar presentes casi todo el día, en toda la jornada de trabajo ahí, aportar cuando no se puede canalizar la idea”, agregó Victoria.
“Podemos crear piezas o elementos que sabemos que la vamos a materializar bien porque tenemos también herramientas para poder hacerlas. Por supuesto que antes de poder trasladarlo a la herramienta, hay todo un trabajo de diseño, de cabeza y de computadora que es largo y requiere mucha experiencia”, explicó Federico.
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Sobre la Fiesta del Poncho
Emiliano explicó que siempre es un desafío la Fiesta del Poncho, porque la temática siempre tiene que ver con lo mismo. Ahí entran en juego la creatividad, el pensamiento innovador, el detalle y el tiempo. “No todos los Ponchos fueron iguales. Por ejemplo, el de 2023 tuvimos cuatro o cinco meses desde las primeras charlas, con un mes o un mes y medio de elaboración del proyecto y la idea de diseñarlo. Este año fueron tres meses, estamos hablando de dos meses menos. Dejamos todo y estuvimos día y noche en el Poncho, dedicados exclusivamente. Además, nos pidieron incorporar un poco más de colores, lo fuimos tomando”, contó.
Ese trabajo se retroalimenta de las devoluciones de los clientes, los usuarios y los visitantes de la feria. “Siempre son muy positivas, vemos que la gente ansiosa de saber qué es lo que se viene, porque vio que vamos innovando con respecto a años anteriores. Siempre nos felicitan porque siempre es algo distinto, ven al Predio y al Poncho de otra manera”, coincidieron todos.
“No dejar de ser un concepto popular, porque el Poncho es eso. Tratamos de no hacernos los súper diseñadores minimalistas que hacen cosas extrañas, que nos encantan, pero diseñamos para lo que es nuestra idiosincrasia. Termina siendo un elemento simbólico bien catamarqueño, que lo mirás y decía: ‘esto es mío’. Creo que nunca tuvimos críticas del diseño, porque justamente los trabajos se hicieron pensando en lo que somos”, sintetizó Mariano.
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Los desafíos futuros
Todos coincidieron en que el desafío del grupo es seguir creciendo, innovando y marcando una diferencia, pero manteniendo la impronta que tiene el estudio. “Creo que hoy las personas ven un diseño e identifican si es de Cactus, porque tiene ciertas cualidades que se vienen repitiendo como la limpieza, los aires, el minimalismo”, valoró Emiliano.
Mariano es un poco más ambicioso. Señala que, así como en el pasado tuvieron oportunidad de salir del país con diseños en lugares como Maldonado, en Uruguay, hoy el nuevo desafío sería salir con un trabajo de un gran evento, como el Poncho. “Es difícil por una cuestión de logística, porque generalmente trabajan con gente del lugar, pero sería muy bueno”, anheló.
Para Victoria, el objetivo es también ampliar el diseño. “Hablamos mucho de la arquigrafía, de la arquitectura, también la estamos aplicando a cuestiones de equipamiento. Llevar el diseño a lo máximo del detalle y poder materializarlo”, planteó.
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En Instagram: @cactus_grupo